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Seguridad Privada en España: pensando en la post-pandemia

Actualizado: 19 may 2021



Para la industria de la vigilancia y la seguridad privada la irrupción masiva de las nuevas tecnologías en medio de la pandemia implica dos desafíos, pero que, ya veremos porqué, a la vez suponen atractivas oportunidades a futuro: expansión y formación.


Situación actual de la Seguridad Privada


La crisis económica subprime del año 2008 impactó duramente a escala global. España, obviamente, no fue la excepción, y el sector servicios se vio sumamente afectado. Dentro de ese sector, los servicios de vigilanciay seguridad privada sufrieron una fuerte contracción que se evidenció en una caída superior al 20% en su facturación. Para el 2019, aunque el origen de la crisis parece lejano y evidentemente hay grados de recuperación, sus efectos absolutos sobre la industria aún no han sido totalmente superados.

Con la llegada de marzo del 2020, no obstante, la pandemia del Coronavirus puso un repentino freno a la incipiente recuperación del sector. En primer lugar, la reducción o abierta suspensión de una serie de actividades productivas que antes requerían de vigilantes de forma presencial, fue desastroso para la industria de la seguridad privada que, hasta esa fecha empleaba a cerca de 85.000 trabajadores.

Es que aeropuertos, estaciones de ferrocarriles, eventos deportivos, centros comerciales y pequeños negocios -que se han visto obligados a cerrar-, prescindieron o limitaron la contratación de efectivos de vigilanciay seguridad privada. De ahí que numerosas empresas de seguridad se hayan visto en la obligación de solicitar Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para así poder disminuir jornadas laborales y mantener los contratos con sus trabajadores o, en el peor de los casos, suspender derechamente el vínculo laboral que, en ocasiones, por la pandemia y sus consecuencias, se hace insostenible para las empresas.

Si bien en el ámbito sanitario y en otros servicios ligados al abastecimiento de bienes esenciales ha aumentado algo la demanda de vigilancia y seguridad privada, esta no alcanza a compensar los puestos de trabajo perdidos. Sin embargo, este leve aumento en la demanda de parte de rubros que antes no requerían de dotaciones importantes de personal de seguridad, marca el camino de lo que pueden ser las oportunidades futuras para la industria de la vigilancia y la seguridad privada.

De hecho, el duro tránsito a lo largo de un 2020 marcado por la pandemia, aunque implicó despidos de trabajadores y menores facturaciones para las empresas, esbozó las coordenadas del camino que debe seguir esta industria, así como los retos que tiene por delante.


Desafíos futuros de la Seguridad Privada


La pandemia del Coronavirus ha traído profundos cambios en las conductas sociales y ha tenido un fuerte impacto sobre las economías globales. Pero si hay otra área que se ha visto a igual nivel, aunque para bien, es el campo de la tecnología. La situación sanitaria les ha dado un altísimo protagonismo a las tecnologías de la comunicación y la informática, puesto que han permitido dar continuidad a una serie de actividades sociales y económicas sin exigir presencialidad, garantizando así el cumplimiento de las restricciones sanitarias.

Para la industria de la vigilancia y la seguridad privada la irrupción masiva de las nuevas tecnologías en medio de la pandemia implica dos desafíos, pero que, ya veremos porqué, a la vez suponen atractivas oportunidades a futuro: expansión y formación.




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